El pasado fin de semana (del 4 al 6 de abril), nuestros compañeros Sisco, Jorge, Andrés y Luis salieron de Santa Pola con un objetivo claro: realizar la ascensión invernal del Mulhacén con sus 3478 msnm que le convierten en el techo de la península ibérica y, adicionalmente, en función de la climatología, continuar con la ascensión a la Alcazaba por «el colaero».
Como se aprecia en las imágenes del reportaje fotográfico, el tiempo no acompañó y, la Alcazaba se dejó para otra ocasión pues las condiciones meteorológicas no fueron lo suficientemente buenas para poder realizar las dos cumbres, aunque si tenían claro que echarían el resto para subir al Mulhacén.
Como suele pasar en muchas ocasiones, tanto el día de llegada (viernes) y el día de ataque (sábado) fueron los peores y el mejor día lo tuvieron el domingo cuando se volvían; no será la primera vez ni la última, en la montaña esto sucede habitualmente. El viento con rachas muy fuertes, sobre todo el viernes y la madrugada del sábado, así como la escasísima visibilidad de todo el sábado fueron determinantes y protagonizaron la excursión.
El sábado iniciaron la ascensión por el Río Mulhacén desde el Refugio Poqueira y ya vieron lo que les esperaba. A medida que iban subiendo la visibilidad era menor. Delante de ellos iban otros seis montañeros con la misma intención: subir al Mulhacén. Al llegar a la altura de La Caldera, los montañeros antes citados decidieron abandonar por las malas condiciones del tiempo.
Nuestros compañeros, evaluaron la situación desde el conocimiento de la zona (todos habían subido, en diferentes ocasiones, el Mulhacén) y aplicando los protocolos de seguridad de nuestro grupo (perfil de ruta, gps y cartografía) decidieron seguir adelante gestionando adecuadamente el riesgo por la vía oeste.
Tuvieron que dar un poco de rodeo para evitar las cornisas y el peligro evidente que, por el viento, presentaban. Finalmente, alcanzaron la cima del Mulhacén a las 14:00 horas, seguidos de una pareja de alemanes que se pusieron a su estela siguiendo sus huellas.
A partir de aquí iniciaron el descenso en línea recta dirección sur hacia las Siete Lagunas y las Chorreras Negras para girar seguidamente a la derecha, atravesar en diagonal la Loma del Mulhacén para dejarse caer hacia el Refugio Poqueira. Fue una jornada dura, pero que no olvidarán por las dificultades, no técnicas, pero si meteorológicas que se encontraron.
Por supuesto, como es norma en nuestro grupo, lo celebraron como se merece por la noche cenando en el refugio con las consabidas cervezas de la victoria.
El reportaje fotográfico (no hay muchas fotos de calidad por lo comentado antes) lo tenéis en:
https://www.dropbox.com/sh/1d67p49711ht4rc/fCWYCKS7TR
Salud y suerte.