La Serreta desde Sant Antoni (Alcoi)

Situación geográfica/Ubicación

La Hoya de Alcoy está delimitada por el carrascal de la Font Roja, la sierra de Mariola y, en su zona oriental, por la serreta con su inconfundible silueta estrecha, extendida y alargada.

Su inequívoca cresta se vislumbra desde diferentes lugares y domina los valles que la circundan, siendo un promontorio privilegiado que esta coronado de rocas afiladas, peñones imponentes y cortados con notorias  pendientes. La altitud máxima es la cumbre de La Serreta de 1050 m.s.n.m.

 

Inicio del cordal de La Serreta.

Entorno

En esta sierra está ubicado en su parte más alta; es decir, a lo largo de su cresta, el poblado y santuario íbero de la serreta que descubrió el investigador alcoyano Camilo Visedo Moltó en 1920 y que le ha dado una extraordinaria visibilidad cultural.

 

Restos del poblado íbero. Al fondo la Serrella y cuerda de Aitana.

El entorno paisajístico es típicamente mediterráneo, con abancalamientos y terrazas, con olivos y almendros, como principal recurso y producción agrícola. El camino y senda que se recorre está situado entre frondosos pinares y, a medida que ascendemos, nos encontramos con carrascas, aliagas, enebros, tomillos y romeros que hacen muy agradable el recorrido.

 

Vértice geodésico de La Serreta (1052 msnm). Al fondo, Sierra del Menetjador.

En la parte alta atravesaremos varios ruñares y canchales con abundante piedra, aunque la vegetación arbórea disminuye. A medida que ascendemos las vistas desde esta atalaya natural son espectaculares: Mariola, Montcabrer, Benicadell, valle del Serpis, la Serrella; en fin, una muestra orográfica de primer nivel de la montaña alicantina.

 

Recuerdo para Camilo Visedo Moltó, arqueólogo, descubridor de la zona.

Recorrido

Esta excursión temática puede hacerse como ruta lineal o circular En el primer caso, la distancia ha recorrer es de 5,9 kilómetros con un desnivel acumulado de 570 metros, sin dificultades técnicas dignas de mención. Si se opta por la ruta circular el recorrido es menor: 4,8 kms, aumenta levemente el desnivel acumulado a 590 metros, pero el descenso por el cordal de La Serreta hacia el collado del Ull del Moro sí presenta más dificultades pues la cresta es afilada y hay piedra suelta, aunque con precaución y calzado adecuado es factible su descenso.

Para llegar al inicio de ruta, tomaremos la CV-70 en dirección a Benilloba, nada más pasar los túneles de la Font Roja de la autovía 77. En el punto kilométrico 0,800 antes de llegar a una pronunciada curva a la derecha, hay un desvío a la derecha donde se dejan los coches.

 

 

Se camina por pista y sendero con total seguridad. Se sube en diagonal, por la umbría remontando en dirección este, entre pinos y carrascas, hasta llegar al vértice de la sierra donde cambiaremos de dirección totalmente para enfilar la cresta y llegar al poblado íbero y la cumbre de la serreta, siendo la vuelta por el mismo camino.

 

 

Restos poblado íbero.

¿Qué vamos a ver? 

Fundamentalmente, el poblado íbero y su santuario, vestigios de una cultura milenaria, de los más importantes restos arqueológicos de la comunidad valenciana. Pero también, el propio emplazamiento de este poblado nos va a dar una visión de conjunto sobre el pensamiento y el concepto de territorialidad que tenían los íberos así como su sentir religioso.

Asimismo, prueba de la importancia estratégica de esta sierra, contemplaremos las ruinas de una caseta de observación y de defensa antiaérea del ejército republicano, cuya finalidad principal era avisar a la población alcoyana de la penetración de bombarderos italianos, durante la guerra civil.

 

Restos de la torre de observación del ejército republicano.

La panorámica agreste, su vegetación y los bosquetes de carrascas y pinares, hacen este itinerario muy agradable, con un importante contenido patrimonial y etnográfico. La excursión se complementa con la visita al museo arqueológico municipal de Alcoy, donde se pueden ver los objetos y utensilios que han sido  localizados en este poblado íbero. Excursión eminentemente cultural, pero, también, con un marcado contenido geográfico y medioambiental.